miércoles, 7 de agosto de 2013

Capitulo 12

Sonó el timbre de la puerta pocos minutos
después de que Paula hubiera llegado a casa y,
al oírlo, sintió un golpe en el pecho. No quería
que fuera Pedro, pero al mismo tiempo esperaba que lo fuera porque no le gustaba cómo se habían despedido.
Además todavía tenía que resolver el asunto de William, era en eso en lo que se había pasado todo el día pensando y mucho temía que ni siquiera se había acercado a la solución. Tenía muy claro que debía contárselo todo, pero cada vez que imaginaba el momento de hacerlo, se moría de miedo. Si era él el que acababa de llamar a la puerta, lo haría inmediatamente y así podría quitarse ese peso de encima.
Abrió la puerta y miró a la persona que había al otro lado sin salir de su asombro.
–Tú debes de ser Paula Chaves.
– ¿Y usted quién es?
– ¿Puedo pasar? – Lucia no esperó a recibir la
respuesta, simplemente entró y estudió el interior de la casa con detenimiento. Era pequeña y sin ningún encanto, al menos para el sofisticado gusto al que Lucia estaba acostumbrada. Te estarás preguntando a qué he venido–. Tenía que admitir que la mujer que le había abierto sí que tenía algo, no sabría decir qué pero había algo en ella...–. Digamos que me las arreglé para sacar tu número de teléfono de la
agenda de alguien que ambas conocemos.
Paula tardó unos segundos en reaccionar y
después tuvo que recordarse que aquella era su casa y que la intrusa era aquella rubia sofisticada y debía ser ella la que respondiera a sus preguntas.
– ¿Puede decirme ya quién es usted y qué está
haciendo aquí?
–Lo siento mucho –respondió con cortesía falsa y exagerada–. Soy Lucia Hoffberg.
–Muy bien, señorita Hoffberg, no tengo la menor idea de lo que ha venido a hacer aquí, pero le ruego que se marche.
–Sin embargo yo estoy segura de que querrá oír lo que tengo que decirle.
Pau sintió una mezcla de sorpresa y
aprensión que no le agradó nada.
–Me preguntaba si has oído hablar de Pedro Alfonso. Sí, por tu cara parece que sí. Seguramente no tehabrá hablado de mí –sonrió con un gesto que lo
que en realidad transmitía era un profundo odio–. No, seguro que no. Normalmente uno no ,habla de la prometida a las amantes.
– ¿Prometida?
–Eso es, y aquí está el anillo que lo demuestra.
Ahora quiero hacerte yo una pregunta, ¿cuánto
tiempo hace que empezó lo de ustedes?
–Márchese, por favor –esa vez su voz no sonó lo bastante firme. Deseó que la tierra la tragara en ese mismo instante, o mejor que se tragara a la víbora que tenía enfrente. No podía creer que Pedro le hubiera hecho el amor de aquella manera
estando prometido con otra. Aunque ahora todo tenía sentido, ahora entendía el nerviosismo y el cambio de actitud que le había provocado aquella llamada de teléfono.
–Dime cuánto tiempo hace.
–Lo nuestro, como usted dice, no existe–respondió
Paula casi tartamudeando–. Lo conozco, pero no lo había visto desde hace cuatro años. Anoche era la primera vez que lo veía desde... desde entonces.
– ¿De verdad? –Justo después de aquella irónica contestación apareció William por la puerta de la cocina y se quedó mirándolas con un camión de juguete en la mano–. ¿Y este quién es? Por favor, no me lo digas, déjame adivinarlo... -dijo con una sonrisa burlona hasta malefica en sus labios...

ODIEN A LUCIA! JAJA
Se va terminando! Ultimos capitulos!
Ya estoy preparando la proxima historia! =)
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GRACIAS... Besoos
@letipauliter

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